Nuestros títeres en los talleres falleros

Una parte de los títeres de nuestro espectáculo, fueron construidos en los talleres del artista fallero, en Valencia. Acostumbrados a hacer grandes piezas (antiguamente de papel, ahora de poliestireno expandido), han sabido desarrollar allí una tecnología que permite realizar grandes volúmenes en muy poco tiempo (si comparamos el tiempo que requeriría si se hiciera todo manualmente).

Aquí os mostramos el proceso:

Lo primero fue hacer una maqueta de plastilina, de unos 25 cm de altura (La podéis ver en el taller del titiritero de nuestra exposición). Esta maqueta se escanea en 3D.

Escaneo de la maqueta

El ordenador va completando su escaneo hasta obtener todo el volumen necesario.

escaner-ordenador

El propio ordenador, sabiendo el grosor de las planchas de poliestireno, hace las secciones y  distribuye las piezas entre las planchas para optimizar material.

Ordenador con las piezas

Placas enteras de poliestireno expandido son cortadas por otra máquina, de manera rápida y limpia. La máquina tiene en cuenta además hacer las llaves, las marcas para que encajen bien unas piezas con otras.

Piezas cortadas

Los ayudantes del taller, montan las piezas, que como están numeradas es un proceso muy rápido. Las pegan un poco y se consigue enseguida un gran volumen.

Montaje de piezas

Luego es el escultor, quien termina la obra, quien lima los «escalones» y trabaja todos los detalles. En este caso fue el artista cubano Leonardo Gutiérrez quien realizó este trabajo. También la maqueta, que se ve en el primer plano de la siguiente foto.

Leonardo Gutiérrez y la maqueta

Y así, conseguimos que surgieran nuestros personajes de El retablo de maese Pedro, esos que están de espaldas, en el primer plano (Ventero, Sancho Panza, hombre de lanzas, paje y estudiante).

Personajes espectadores

Pero el trabajo no terminó ahí. Luego hubo que cortarlos, articularlos para los movimientos del espectáculo y los transportes (son piezas muy voluminosas). También cubrirlos de fibra de vidrio y resina acrílica, pintarlos y darle muchos otros acabados titiriteros (colocarles ruedas, agarres, cuerdas, etc…).

¡Nunca imaginará el espectador todas las horas de trabajo que hay detrás!